E-Book Overview
GEMINIS publicará quincenalmente los mejores cuentos que vayamos encontrando en la riquísima cantera
de la Ciencia Ficción mundial. Pero GEMINIS no quiere limitarse a esa función.
GEMINIS quiere llegar a ser algo más que traducciones: GEMINIS aspira a ser el medio donde puedan expresarse los escritores nuestros, noveles o no, que, lo sabemos, pueden producir cuentos de Ciencia Ficción tan buenos como los mejores. Por eso el concurso que ofrecemos en las páginas finales de la presente edición: en él podrá participar todo aquel que crea tener algo que decir en Ciencia Ficción, ya sea un cuento, una idea original o un enfoque nuevo de un problema viejo. Y no sólo los autores, también los lectores podrán intervenir en GEMINIS: en el correo, el "Cabo Kennedy de los lectores", podrán decirnos sus deseos y sus críticas, las secciones que les agradaría encontrar en GEMINIS, las cosas que les parecen mal. En resumen, GEMINIS seguirá siendo siempre una antología de grandes cuentos de Ciencia Ficción. Pero la Ciencia Ficción aparecerá en GEMINIS vista desde aquí, desde este Hemisferio Austral que también forma parte del planeta.
E-Book Content
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el super matador Un "western" el
control
clásico, mental
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con un gran
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la
la
materia,
Mas un elemento
telequinesia.
Me l l a m o foe D o o l í n . Sov9 \ aquero: t r a b a j o para el viejo Farrel en Lazy F, mas allá del Paso. N u n c a me sucedió nada demasiado i m p o r t a n t e —sencillamente conducir vacas y ponerme algo alegre en los días de pago— hasta aquella vez que me d i r i g í a cabalgando por el Paso hasta el p u e b l o y v i dese n f u n d a r el arma al joven Buck T a r r a n t . »
final...
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Bueno, B u c k había tenido siempre una buena puntería, ¡qué diablos! U n a vez que tenía el arma en la m a n o era capaz de colocar la bala donde se le antojase a veinte pasos, y a u n c e n t í m e t r o del blanco a los cíen metros. Pero, ¡Dios del cielo!, n i a u n para poner a salvo su vida era capaz de desenf u n d a r el arma como es debido. L o había visto u n par de veces en el Paso t r a t a n d o de hacerlo. Se ponía frente a u n árbol, ligeramente i n c l i n a d o , y yo me dalía cuenta de que se imaginaba que el á r b o l era B i l l v the K i d o alguien así; llevaba su torpe m a n o a la pistolera, empuñaba la culata y tironeaba como u n endemoniado hasta que por f i n , vacilante como u n oso adormilado. salía su viejo Peacemakev.
inquietante:
p Q r Jerone Bixby
A p u n t a b a entJi¡te> j - i U a r co y le daba ju->tu en el pui)r;» vital, Pero todo el proceso Ir llevaba a p r o x i m a d a m e n t e un segundo y medio, y por el tiempo en q u e h u b i e r a acabado de c u m p l i r l o en una refriega ele verdad B i l l y the K i d o Ben R a n d o l p h , el sheriff del pueblo, o aun yo mismo, Toe Dool i u , hubiéramos p o d i d o cortarlo a tiros por mitades. De modo que aquella vez que cabalgaba por el Paso y vi aparecer a Buck entre los ár~ boles, me sonreí y no le preste mucha atención. Se encontraba frente a un viejoH)lmo, y pude ver que había clavado una carta en el tronco, a metro y m e d i o del •suelo, .aproximadamenOe a l