El Refranero De La Víbora


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c vL exilia Saldaña EL REFRANERO DE LA VÍBORA •i í 1 i $ Excilia Saldaña EL REFRANERO DE LA VÍBORA EDlTORiAL LETRAS CUBANAS LA HABANA, CUBA, 1989 FECHA ^30l RO-05 -0 4- t Edición / Eliana Dávila Cubierta / Eladio Rivadulla Corrección / Victoria Hernández (P) Excilia Saldaña, 1989 K Sobre la presente edición: Editorial Letras Cubanas, 1989 Editorial Letras Cubanas Palacio del Segundo Cabo O'Reilly 4, esquina a Tacón La Habana, Cuba p» * * ^*"Y PALABRAS INICIALES PALABRAS Todo libro se escribe por algún motivo muy justificado (para el autor, por supuesto). En este caso se escribe por dos motivos (la justificación la dejo en el lector): 1. Porque me gustan los aforismos. Y parecen que ya no están de moda. Hecho que lamento y trato de solucionar (o quizá de acabar de complicarle la vida al pobre aforismo). 2. Porque siempre quise escribir frases célebres, cuando era una niña. Al crecer descubrí que los otros son los que hacen célebres nuestras frases ... con sus palabras célebres. Pero como si todo esto fuera poco, amo el refranero español y africano de mi archipiélago, amo divertirme y amo el extraño misterio de la palabra. 'Por eso escribo estos proverbios, estas consejas, estos epigramas. Por eso son prosa rápida y desmelenada soledá —sin cante ¡ondo—, sabiduría de negro o éxtasis oriental, que todo esto vive en mi sangre. Por úitimo, ruego a los que plazcan que pueden repetirlos sin necesidad de pensar en la propiedad intelectual. La autora Rectifico, la recopiladora. S i A Mario Ernesto, para el futuro Pasa o pelo todo es cabello (Mi abuela Cuca) DEL POETA Y LA POESÍA. DEL VERSO: JUGLAR Y BUFÓN 9 El poeta es el albañil de las palabras. Las manos del obrero sueñan tanto como sudan las manos del poeta. Quien no sepa vivir un poema, difícilmente podrá escribirlo. 11 El poeta que sólo vive para sus versos, logrará que su mujer vaya a escucharlos en boca del amante. El usurero pone a la venta sus sueños; el poeta llora en la sombra cuando se los tarifan. La poesía vuela más alto que los más atrevidos pájaros. El rey alimenta al bufón; 12 aj juglar lo echa al camino. El bufón se retrata sobre un caballo de madera para divertir al rey; el juglar se retrata en sus versos para alegrar al pueblo. En la fiesta del vuelo, la poesía es el aire. 13 DE LA MUJER Y EL HOMBRE. DEL AMOR Y EL DESAMOR Tu cabeza te manda, pero también tu corazón. El marido inseguro riñe por la firmeza de su mujer. El hombre que no ama el pecho de su mujer, a la larga traicionará su cintura. 17 El incendio se hace Ilamita temblorosa ante el sexo de las aguas. No siempre las espinas protegen a la flor; a veces, no dejan acercarse al jardinero. La mujer huye del hombre que le colma el oído ' de palabras y no el corazón de ternura. 18 De vidrio y piedra es la almohada de la mujer sola. E¡ hombre que abandona a su mujer, maldice la maternidad de su madre. El hierro piensa que la herrumbre lo protege. No hay mujer fea en el espejo del amor. 19 Si un hombre y una mujer no lloran juntos en la cama jamás podrán hacerse reír en ia mesa. Una mirada de amor puede rnás que un ejército. Por muy pequeña que sea la fuente, nunca niega sus aguas al sediento. La roca es el colchón más mullido si sobre ella te duerme el amor. Lo que le importa a la llaga es el dolor y no si fue llama o hielo el causante. No temas a las quemaduras * del fuego, porque él "mismo pro
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