Pim pam pum Alejandro Rebolledo
© 1998 Alejandro Rebolledo Todos los derechos reservados Diseño de portada: Katya Yaemurd
ISBN: 978-84-941333-2-9 Edición digital de: Angi Vásquez
[email protected] Barcelona 2013
ACERCA DEL AUTOR Alejandro Rebolledo nació en Caracas en 1970. Ejerció el periodismo durante una década en diferentes grados, medios y circunstancias. Fue Dj por más de 20 años. Ha escrito la novela Pim Pam Pum (Ed. Urbe, 1998; Ediciones Puntocero, 2010) y la colección de poemas Romances del Distroy. Desde el 2004 divaga por el mundo. Actualmente culmina una investigación sobre Globalización en el contexto de un Doctorado en Psicología Social de la Universidad Autónoma de Barcelona y está escribiendo su próxima novela.
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LA CRUDEZA DE ALGUNAS DE LAS ESCENAS DE ESTA NOVELA NO HAN QUERIDO DAÑAR A NINGUNA PERSONA O ENTIDAD Y NO PRETENDEN OTRA COSA QUE CONTAR LAS DESVENTURAS DE UNOS SERES, ALGUNOS MÁS AFORTUNADOS QUE OTROS, QUE EXISTEN EN UN TIEMPO Y LUGAR CUYO DEVENIR EXTRAÑAMENTE SE ASEMEJA AL NUESTRO.
HAN SIDO LA IMAGINACION Y LA CASUALIDAD, Y NO LA CERTEZA, Y NO LA VERDAD, LAS QUE AYUDARON AL AUTOR A TERMINAR ESTE RELATO.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD ES PURA
COINCIDENCIA.
Tanto el autor de estas Memorias como estas Memorias mismas son, naturalmente, novelescos. No obstante, individuos tales como el autor de estas Memorias no solo pueden existir en esta sociedad, sino que por fuerza deben existir, si se consideran las circunstancias bajo las que, por lo general, esta sociedad nuestra se desenvuelve. Fedor Dostoievski Memorias del subsuelo
A TODOS MENOS A TI
1 LIMBO Julián, Caimán, Chicharra y Luis. De la pandilla de Los Palos Grandes sólo quedamos dos. Caimán en silla de ruedas y yo. A Chicharra lo mataron en el 87. De loco se fue con un BMW a controlar perico a Sarría y de allí no salió. Julián se despidió en el 92. Se pegó un tiro por culpa de Claudia, la puta esa, que lo dejó por Carlos. Ya Los Palos Grandes no es igual, Caracas no es igual. Están aterrorizados con la violencia, los robos y esas mierdas, pero qué va, nadie me engaña, Caracas es más pangola ahora. Choros, muertos, asaltos y pobreza desde que tengo memoria existieron, pero en los últimos años, además de eso, la gente se ha vuelto paranoica, más moralista y conservadora. Antes había libertad, drogas y locura. No sé, o la gente anda en otra nota o yo me quedé en una. Hay una nube negra sobre este maldito lugar. En los ochenta, los millonarios eran punketos. Punketos millonarios. Se compraban la droga más rica, se vestían mal y bailaban pogo en sus casas del Country. No sé, querían escandalizar a sus padres. La gente más fuerte que he conocido estaba en esa década y en el bulevar de Sabana Grande. Eran unos raticas. Estaba El Negro Armando. También era punketo, pero de barrio, malandro. El tipo lograba lo que quería, tenía demasiada labia. Pim, pam, pum, un cuento chino y terminabas dándole 100 bolos, que en ese momento eran un billete; bueno, no tanto. Orlando embaucó a media Caracas. Hacía conciertos, fiestas y vendía coca chimba. Con esos reales se fue a vivir a Tenerife y montó una discoteca allá. Babú, Babú era el rey. A los 14 años tenía un mohicano azul en la cabeza y vivía en la calle. Era hijo de inmigrante