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Annotation Imágenes de invierno de la ciudad sitiada: pegada a un murete, la frágil silueta de una mujer atraviesa de rodillas el campo de mira de los francotiradores. Visión diferida de una muerte por la aniquilación súbita del contemplador: su habitación ha sido alcanzada por un mortero. El comandante de la Fuerza Internacional de Interposición, prevenido, acude al lugar de los hechos para descubrir la desaparición del cadáver. Sólo un cuadernillo de poemas y varios relatos hallados en una maleta pueden ponerle
en buena pista. Pero su lectura le extravía en un «jardín de textos que se bifurcan». Enigma doble: del cuerpo escamoteado y de los escritos anónimos y de autoría distinta. El espacio de la novela es el espacio de la duda: la ruptura efímera pero incesante del cerco de ocultaciones y mentiras de la historia oficial. Toda certeza desemboca al cabo en incertidumbre. Tal vez la diseminación de documentos apócrifos, glosas, informes, relatos, cartas, poemas, sea el único medio de las víctimas de escapar a la trampa mortal ha la que la indiferencia internacional les condena. Es sitio de los sitios es así una metáfora de todos los asedios: partiendo de la realidad de unas
situaciones y escenas de violencia y desolación obsesivas, conduce gradualmente al lector a través de unas historias que se tejen y se destejen a ese punto de verdad único de la más extrema y quintaesenciada ficción.
EL SITIO DE LOS SITIOS JUAN GOYTISOLO
© 1995, Juan Goytisolo © De esta edición:
1995, Santillana, S. A. Juan Bravo, 38. 28006 Madrid Teléfono (91) 322 47 00 Telefax (91)322 47 71 Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara S. A. Beazley 3860. 1437 Buenos Aires Aguilar, Altea, Taurus, Alfaguara S. A. de C. V. Avda. Universidad, 767, Col. del Valle, México, D.F. C. P. 03100 ISBN: 84-204-8202-1 Depósito legal: M. 32.489-1995 Diseño: Proyecto de Enric Satué © Cubierta:
Jesús Sanz Todos los derechos reservados. Esta publicación no puede ser reproducida, ni en todo ni en parte, ni registrada en o transmitida por, un sistema de recuperación de información, en ninguna forma ni por ningún medio, sea mecánico, fotoquímico, electrónico, magnético, electroóptico, por fotocopia, o cualquier otro, sin el permiso previo por escrito de la editorial.
A los habitantes de Sarajevo que, pillados en el cepo, luchan contra la cobardía
e indiferencia del mundo. A sus intelectuales y escritores, honor y conciencia de Europa. A Susan Sontag, que me condujo a la ciudad.
Hablan en el poeta voces varias: Escuchemos su coro concertado, Adonde la creída dominante Es tan sólo una voz entre las otras. LUIS CERNUDA
I. HIPÓTESIS EN TORNO A «J. G.»
VISIÓN DE INVIERNO Por el orificio abierto en el plástico de la ventana —obra de un fragmento perdido de metralla o de la curiosidad y claustrofobia de un huésped— el viajero fisgoneaba desde el amanecer la desolación del paraje. Había dormido de un tirón —con su zamarra gruesa, pantalón militar, botas interiormente forradas— mientras la vela se consumía, olvidada, en la mesilla de noche: su termómetro marcaba siete grados. Ningún silbido de bala, tableteo de ametralladora ni estruendo de obús: sólo un silencio perturbado a intervalos por el zumbido veloz de un vehículo o de
una tanqueta blanca. Había llegado la víspera al atardecer a aquel inmenso panteón fúnebre con nombre de hotel. Tras rellenar la ficha bajo la mirada vidriosa y oblicua de la recepcionista, se detuvo a examinar la cripta —apenas visible ya por la insidiosa propagación de las sombras—, cuyo trazo le trajo a la memoria el del proyectado rascacielos-catedral gaudiano. Su espacio central vacío y helado, sus pisos como galerías carcelarias, el bar y butacones desiertos parecían plataformas y telares de un decorado decrépito. El parpadeo de las velas y haces de las lámparas de bolsillo evocaban el va