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¡La exitosa trilogía de Memorias de Idhún llega a su final! Con más de 200 000 ejemplares vendidos de sus dos primeras partes, aparece ahora el libro que cierra la trilogía más vendida de los últimos tiempos en literatura fantástica en España. Tras la última batalla contra Ashran y los sheks, muchas cosas parecen haber cambiado en Idhún. Sin embargo, los Oráculos hablan de nuevo, y sus voces no son, ni mucho menos, tranquilizadoras. Algo está a punto de suceder, algo que puede cambiar para siempre el destino de dos mundos… algo que, tal vez, ni siquiera los héroes de la profecía sean capaces de afrontar… Laura Gallego García Panteón Memorias de Idhún III ePub r1.1 Titivillus 13.02.16 Título original: Panteón Laura Gallego García, 2006 Diseño de portada: Estudio SM Editor digital: Titivillus Primer editor: Echelon (EPG) ePub base r1.2 Para la persona a la que estaba destinada esta historia, no importa dónde se encuentre. Para todos aquellos que se sienten un poco idhunitas cuando se pierden en las páginas de este libro. Para todo aquel que haya soñado alguna vez con un cielo iluminado por tres lunas. La energía de la tierra necesita ser renovada. Las ideas nuevas necesitan espacio. El cuerpo y el alma necesitan nuevos desafíos. PAULO COELHO, Maktub LIBRO V Convulsión I Piedra y hielo La magia no era suficiente. Se había dado cuenta muchos días atrás, pero simplemente no había querido creerlo. Por pura obstinación había seguido su marcha hacia el norte, siempre hacia el norte, aun cuando ni todos los hechizos térmicos eran ya capaces de mantener su cuerpo caliente, aun cuando hacía ya días que su montura había caído sobre la nieve, abatida por el frío y la inanición. Pero él había continuado su viaje a pie, cojeando. Y ahora sabía que estaba muy cerca: los conjuros localizadores no podían haberse equivocado. Y, no obstante… Se detuvo un momento, tiritando. Se pasó la lengua por los labios amoratados y miró en torno a sí, desorientado. La ventisca confundía sus sentidos; la cortina de nieve le impedía ver qué había más adelante, y el sordo sonido del viento lo aturdía sin piedad. Buscó algún punto de referencia, pero ni siquiera fue capaz de distinguir los picos de las montañas en la oscuridad. Ya no tenía fuerzas para abrir un túnel seco entre la tormenta de nieve. La magia lo abandonaba poco a poco, y apenas conseguía mantener su cuerpo caliente. Cuando fue consciente de que sentía el frío, comprendió de pronto que, si el hechizo térmico ya no funcionaba, ningún otro lo haría tampoco. Tenía que detenerse, descansar en algún sitio, buscar un refugio. Se volvió hacia todos lados, pero solo el viento y la nieve respondieron a su muda petición de auxilio. Se echó sobre las manos el poco aliento que le restaba y siguió caminando, abriéndose paso a duras penas por la helada tierra de Nanhai. Volvió a detenerse unos metros más allá, sin embargo. Sus sentidos de mago le alertaban de un peligro indefinido, oculto en algún lugar de la tormenta. O tal vez su intuición, al igual que su magia, le estaba fallando también. No tuvo tiempo de preparar un hechizo de protección antes de que la bestia se le echara encima. El mago ahogó una exclamación y pronunció instintivamente las palabras de un conjuro defensivo; pero nada sucedió: la chispa de su magia no prendió, su poder no acudió a su llamada. Tuvo apenas un instante para echarse a un lado y rodar sobre la nieve, tratando de alejarse del animal, pese a que sabía que, una vez en el suelo, ya no tendría escapatoria. Se arrastró como pudo, pero la bestia ya cargaba de nuevo contra él. El mago dio media vuelta y alzó los brazos, para protegerse, en un movimiento instintivo completamente inútil. Y, cuando las garras de la bestia se hundieron en su carne, el joven hechicero gritó de dolor y de terror, y se preguntó con incredulidad cóm