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¡arcía del Pino to p Culón: boa enigmas Ensayo Caboto p Colón: rtópueáta a boa emgmaá i c , u »í,Kíí T AÍS5£S SARI ° DE LA YARTI Wjj&CUBA mmMmm César García del Pino Cafooto v Colón: rtópuetfta a tío* enigmas Edición: Ana Ma. Caballero Labaut Diseño de cubierta: Reina Segrera Martín Corrección: Lourdes Díaz Castro Composición: Beatriz Pérez Rodríguez fV ' • © César García del Pino, 2001 © Sobre la presente edición: Ediciones UNIÓN, 2001 ISBN: 959-209-351-2 Ediciones UNION Unión de Escritores y Artistas de Cuba 17 no. 354 e/ G y H, El Vedado, Ciudad de La Habana A "principios de Mayo" de 1498, zarpaba de Bristol una expedición, comandada por un marino cuyo nombre ha producido toda clase de ecos en la historia de los descubrimientos. Meses más tarde, uno de sus buques regresó a Europa, pero el resto de la expedición desapareció, por lo que sus contemporáneos creyeron "que había hallado sus nuevas tierras en el fondo del océano,... [ya que] después de aquel viaje, no se supo más de él".1 Morison —uno de los más eminentes historiadores navales de nuestros días— resume el caso diciendo: "los únicos hechos conocidos del segundo viaje de John Cabot, son que partió de Bristol en Mayo de 1498, que un buque regresó poco después y que Cabot y los otros cuatro buques se perdieron". Y lo cierra con la frase ominosa: "El resto es silencio."2 Si hubo silencio por parte de Caboto y sus infortunados compañeros, no lo ha habido por parte de los 1 Samuel Elliot Morison: The European Discovery of America. The Northern Voyages. A.D. 500-1600, New York, 1971, p. 191. 2 Ibídem. 7 historiadores y aficionados. Toda clase de hipótesis se han ofrecido para explicar sus viajes. Algunas de ellas han estado incubadas, en unos casos, por los intereses nacionales de los países colonialistas y, en otros, por el más rampante patrioterismo, pero conducentes siempre a demostrar una prioridad, por éste o por aquél, en el descubrimiento del continente americano, lo que ha oscurecido, en ocasiones, hechos conocidos, contribuyendo a complicar la cuestión. A estas hipótesis, vamos a sumar la nuestra, tan válida como cualquiera de ellas aunque libre de prejuicios y fundamentada en los mencionados hechos conocidos. La figura de John Cabot —o Juan Caboto— es tan confusa en sus orígenes, como la de su coetáneo Colón. Algo había en estos grandes aventureros que les hacía encubrir su procedencia, sin embargo, no nos proponemos tocar tan controvertido punto, nos basta señalarlo; pero es este hecho el que hace decir a un notable investigador, que dedicó largos años a estudiar sufigura,"que entró de la nada en la Historia, en Marzo 29,1476".3 Es en esa fecha que Caboto recibe la ciudadanía veneciana,4 gracias a lo cual se sabe que llevaba más de quince años residiendo en aquella ciudad y que debe de haber nacido hacia 1450, aproximadamente. ¿Dónde había nacido Caboto? No se sabe. Varios países se disputan su cuna. Hay un indicio que pudiera 3 James A. Williamson: The Voyages ofthe Cabots andthe English Discovery of Norlh America under Henry Vil and Henry VIH, Londres, 1929, p. 138. 4 Ibídem, pp. 20 y 138. 8 - i r una posible ascendencia judía. Según Soncino,5 Tul aseguraba que en varias "ocasiones había estajo en la Meca", y es sabido el cuidado y la vigilancia ejercen los musulmanes, para que su ciudad santa T J a manchada por la presencia de un infiel. Unicaente un circunciso podía haber burlado a los celosos 1 slimes Queda otra alternativa, y es que Caboto filete un islamita renegado, una versión mercantil de Ótelo, ñero esto es más difícil. Existe prueba documental de que en 1484 residía aún en Venecia, casado con una veneciana y dedicado a la compra-venta de inmuebles y años más tarde _1490-1493— aparece viviendo en Valencia, dond